Por Psicólogo Jorge Salazar
La llamada ninfomanía, también conocida como trastorno de deseo sexual hiperactivo femenino, es un término que se refiere a un deseo sexual femenino extremadamente alto y comportamientos sexuales compulsivos.
Desde la perspectiva de la psicología, el término "compulsivo" se refiere a comportamientos repetitivos e irresistibles que una persona realiza de manera automática, a menudo como respuesta a una ansiedad o una obsesión. Estos comportamientos compulsivos son impulsados por la necesidad de aliviar la ansiedad o la incomodidad emocional.
En general, estos comportamientos compulsivos buscan proporcionar al individuo un sentido temporal de alivio, aunque a menudo están asociados con consecuencias negativas a largo plazo. Pudiendo constituir un fenómeno de sufrimiento clínicamente significativo que interfiere el desarrollo de adolescentes y las interacciones adultas, con consecuencias laborales y familiares, revestidas de sufrimiento y angustia.
.La hiperactividad sexual femenina, o lo que se podría haber llamado ninfomanía en el pasado, no es reconocida como una categoría diagnóstica específica en la mayoría de los sistemas de clasificación psicológica modernos. Sin embargo, se pueden observar problemas relacionados con la hiperactividad sexual o el deseo sexual extremadamente alto en algunas personas.
Parte del sufrimiento de quienes padecen este problema es parte del ámbito de las relaciones interpersonales: Un deseo sexual hiperactivo puede afectar las relaciones personales, ya que puede generar tensiones si las parejas no tienen niveles de deseo sexual compatibles.
Lo anterior, relacionado a un elevado nivel de Angustia emocional y sentimientos sentimientos de culpa, ansiedad o vergüenza asociados con el deseo sexual excesivo pueden causar un sufrimiento muy significativo para la salud mental.
Por otra parte, las conductas sexuales de quienes sufren este padecimiento puede asociarse a riesgos para la salud física como enfermedades de transmisión sexual (ETS).
Estás personas pueden perder la capacidad de enfocarse en la vida cotidiana a causa de un enfoque excesivo en la actividad sexual interfiriendo con el funcionamiento diario, como el trabajo, las responsabilidades familiares y otras actividades importantes.
Es normal una cierta variabilidad normal en relación a las consultas sexuales, pero cuando estas están generando sufrimiento al afectado o a quienes le rodean, es necesario consultar con psicólogo, para evaluar, diagnosticar y solucionar la problemática.