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"Psique e Intimidad: Explorando la Disfunción Eréctil"

Por Psicólogo Jorge Salazar.




La disfunción eréctil es una realidad íntima que va más allá de la mera expresión de la anatomía. En la complejidad de ésta condición, la psique despliega su poderosa influencia, transformando la conexión física en una danza delicada con la mente.


La impotencia, como a veces se le llama erróneamente, no es, la mayoría de las veces, simplemente una falencia mecánica. Puede, más bien ser un eco psicológico que resuena en los recovecos de la autoestima y la masculinidad.


La mente, en su laberinto de expectativas y presiones sociales, a menudo teje una maraña de ansiedad alrededor del acto íntimo. La disfunción eréctil se convierte, así, en una sinfonía de temores y autoevaluaciones, donde la capacidad de rendir en la cama se convierte en una medida de la valía personal. La mente, aquí se convierte en arquitecta de barreras invisibles, erigiendo muros que eclipsan la expresión natural del deseo.


La relación entre la ansiedad y la disfunción eréctil (DE) es compleja y bidireccional. La ansiedad puede contribuir al desarrollo o exacerbación de la DE, y a su vez, la experiencia de la DE puede aumentar la ansiedad.


La preocupación excesiva por rendir bien sexualmente puede generar ansiedad. Esta ansiedad de rendimiento puede convertirse en un ciclo negativo, ya que el miedo al fracaso puede contribuir a la DE. Igualmente las expectativas pueden constituir una fuente de presión psicológica relacionada, tanto con lo personal como, con lo cultural. Lo anterior, puede aumentar la ansiedad y afectar la función eréctil. Las preocupaciones sobre la satisfacción de la pareja o cumplir con ciertos estándares pueden ser desencadenantes de éste fenómeno. Por otra parte el Eustrés, ya sea manifestado como ansiedad generalizada, estrés laboral o las tensiones personales pueden tener un impacto directo en la respuesta sexual. El estrés crónico puede afectar el sistema nervioso y hormonal, contribuyendo a la DE.


Ciclo de Preocupación: La experiencia de la DE en sí misma puede generar ansiedad adicional. La preocupación sobre la capacidad de mantener una erección puede desencadenar el mismo resultado que se teme, formando un ciclo de ansiedad y disfunción. Este fenómeno, no está exento de cambios en la Autoestima: La experiencia repetida de DE puede afectar la autoestima y aumentar la ansiedad. La preocupación sobre el desempeño futuro puede contribuir a una espiral descendente.


El tratamiento de la disfunción eréctil relacionada con la ansiedad a menudo implica abordar los aspectos psicológicos. La terapia psicológica aborda patrones de pensamiento negativos y promueve cambios en el comportamiento. Explora las preocupaciones sexuales específicas y promueve la comunicación abierta con la pareja. La terapia, igualmente, permite abordar la necesidad de modificación del Estilo de Vida: Incluyendo cambios en la dieta, el ejercicio y la gestión del estrés para mejorar la salud general. Algunas veces, el Psicólogo requerirá apoyo de abordaje farmacológico a la terapia, en estos casos es importante el generar equipo con otro/s profesionales.


Lo importante es que si sospechas sufrir esta condición, debes buscar ayuda profesional pues es una condición frecuente, con efectivo tratamiento.


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